Salmo 121: nuestra seguridad está en Dios
¿En qué o en quién confías para que te proteja? ¿En la policía? ¿En el dinero? ¿En la familia? ¿En la reputación? La verdad es que todas estas cosas pueden fallarnos tarde o temprano. Pero en el Salmo 121 vemos en quién podemos confiar.
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. (Salmo 121:1-2)
Dios no es como las cosas de este mundo. Él no necesita dormir, no comete errores ni tiene debilidades. ¡Dios tiene todo el poder! Él nunca falla.
Cuando miras tu situación y ves lo que sucede a tu alrededor puede parecer que los problemas son demasiado grandes. Y puede que te preguntes si en realidad hay alguna seguridad en este mundo. Este Salmo nos dice que en Dios sí hay seguridad. Él es más grande que todos los problemas y peligros. No hay nada ni nadie más poderoso que Dios. Es por eso que puedes poner toda tu confianza en él sabiendo que él puede protegerte y mantenerte seguro.
El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
(Salmo 121:5)
Todos los cristianos enfrentan problemas. Pero cuando tienes a Dios a tu lado, el mal verdadero no logra alcanzarte. El Salmo 121 compara a Dios con una sombra que te protege de la fuerza del sol. Cuando Dios está a tu lado, él te cubre y te protege de los peores ataques.
Si amas a Jesús no necesitas tener miedo. En él tienes tu seguridad. Dios nunca cambia y no te abandonará jamás ni siquiera en las situaciones más difíciles. Esto no quiere decir que no vayas a sufrir, sino que aun en medio de todo lo que enfrentes Jesús guardará tu alma. Unido de la mano con Jesús, no te podrán destruir. Dios es y será en todo tiempo tu refugio y tu seguridad.
¡No tengas miedo! Confía tu vida en las manos de Dios porque él cuida de ti.
Salmo 121
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.
Deivy Monge
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