Versículo clave: "Mal 3:9: Robarán el hombre y la mujer a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero vosotros decís: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas." Reflexión: En este versículo, Dios confronta al pueblo de Israel por no darle los diezmos y ofrendas que le correspondían. El tema del diezmo es controversial y ha sido debatido a lo largo de los años. Sin embargo, en este pasaje, Dios claramente dice que al no darle lo que le corresponde, estamos robando de él.
El diezmo es una práctica establecida por Dios desde tiempos antiguos como una forma de adoración y obediencia. Consiste en apartar una décima parte de nuestros ingresos para el sostenimiento de la obra de Dios en la tierra. A través del diezmo, mostramos nuestra gratitud y dependencia de Dios, reconociendo que todo lo que tenemos viene de él.
Es importante recordar que Dios no necesita nuestro dinero, pero nos pide que le demos de manera voluntaria y generosa para bendición mutua. Nosotros recibimos el privilegio de ser administradores de los recursos que Dios nos da y al darle nuestros diezmos y ofrendas, demostramos nuestra confianza en su provisión y nos abrimos a su bendición.
Oración: Querido Dios, perdóname si he sido negligente en dar mis diezmos y ofrendas. Ayúdame a entender la importancia de poner en práctica esta forma de adoración y obediencia en mi vida. Ayúdame a confiar en tu provisión y darte lo que te corresponde. Te agradezco por ser un Dios fiel y generoso. En el nombre de Jesús, amén. Aplicación práctica: Toma un momento para evaluar tu actitud hacia los diezmos y ofrendas. Si aún no has implementado esta práctica en tu vida, considera comenzar a hacerlo de forma consciente. Hazlo con gratitud y generosidad, confiando en la provisión de Dios. Recuerda que al dar, también estás abriendo la puerta a su bendición en tu vida.
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