Devocional de Hoy
¿Dónde podemos encontrar salvación y fuerza?
Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel:
«En el arrepentimiento y la calma está su salvación,
en la serenidad y la confianza está su fuerza,
¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
-- Isaías 30:15
A veces cuesta bastante descansar el corazón y mantener los ojos fijos en el Señor en medio de este mundo roto y trastocado en el que vivimos. Sin embargo, debe ser prioridad hacer lo que el Señor dice y esforzarte en conseguirlo. Cuando lleguen los días tristes, frustrantes y agotadores Dios te concederá el vigor tan anhelado y necesario.
En este versículo, el profeta Isaías alerta al pueblo de Dios sobre el rechazo a 2 cuestiones importantes en la vida de cualquier persona: la salvación y la fuerza que vienen de Dios. ¿Salvar de qué? ¿Fuerza para qué? Todas las personas sin Dios están condenadas a un destino triste a menos que acepten la oferta gratuita que Jesús da (Juan 3:16-17).
Todos son débiles cuando se apoyan en sus propias fuerzas.
La Palabra del Señor nos dice que la salvación se obtiene a través del arrepentimiento y del descanso en Dios. Descansar significa sostenerse, entregarse, tranquilizarse en el Señor.
La verdadera fuerza y la consistencia se encuentran en la quietud y al confiar con serenidad y con una fe genuina. Parece sencillo, ¿no crees? Pero son muchas las veces en las que nos encontramos en medio de mucha agitación, en tal torbellino de información y de voces que no logramos discernir ni oír la voz de Dios. Intenta detenerte un poco... Es necesario buscar el amparo y la paz de Dios.
En la Palabra de Dios encontrarás aliento para vivir plenamente la vida con Jesús y para ser fuerte, resistiendo y soportando los días malos.
Encuentra la salvación y la fuerza en Dios:
A Dios le agradan los corazones arrepentidos y quebrantados. Confiésale tus faltas y pídele perdón.
Si todavía no entiendes lo que es la salvación busca ayuda y descubre lo que es a través de la lectura de la Biblia.
¡Rebaja la tensión! Separa un tiempo para estar a solas con Dios sin la presión de otras cosas.
Ora a Dios en secreto. Búscale de corazón y sin prisas.
Enfócate en Dios. Con todas las distracciones que tenemos (la tele, los medios de comunicación, el entretenimiento) es necesario esforzarse para estar concentrado y en comunión con Jesús.
Lee la Palabra de Dios diariamente. En ella hay luz, alimento y vida para tu camino.
Para orar:
Mi Señor, ¡sálvame de todo mal! Sálvame de la condenación eterna y de los pecados que intentan aprisionarme aquí. Sálvame de mí mismo que a menudo fallo y me alejo de tu gloria. ¡Perdón, Señor! Te entrego mi corazón y toda mi vida. Fortaléceme por medio de tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Deivy Monge
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